Pumuki, el duende de pelo rojo
Olé! Olá! El duende acaba de llegar. Olé! Olá! Pumuki es colosal (colosal??).
Este es un comunicado de emergencia. Creo que he vuelto… Como sabéis, tenía esto más abandonado que el MySpace de Camela. Nada funciona como debería, NADA. Los blogs están pasados de moda o eso dicen y ya nadie escribe. Bla, bla, bla… El momento perfecto para volver a atormentaros con mis pamplinas 90% falsas, 9% pasadas de moda, 7% absurdas, pero 100% libres de faltas de ortografía. A ver si me acuerdo de como se hacía esto…
Llevaba tiempo pensando en escribir sobre el duende ese de pelo rojo (el «zanahorio» le decían en el colegio) pero cuando lo hablaba con mis compañeros de celda, a ninguno les sonaba. Total que creo que es un tema que a día de hoy no le interesa a nadie y por lo tanto, perfecto para Retroyonkis.
Hechos históricos
Pumuki (o Pumuckl) fue un duende animado creado en 1961 por Ellis Kaut. Era invisible para todo el mundo, salvo para el maestro carpintero Eder con el que vivía de gratis. Habría que investigar un poco más a fondo al tal Eder y cogerle unas cuantas muestras de orina a ver si hay sorpresitas… Que el LSD existía desde que este buen hombre hizo la comunión.
Fue creado originalmente para una radionovela alemana, pero acabó siendo el protagonista de una «exitosa» serie de televisión que se emitió desde 1982 hasta 1988. Esa fue que fue la manera en la que lo conocimos en España.
Eder y Pumuki se conocen
Pumuki era descendiente del pueblo Klabautermann, marineros de pro, por eso al pequeño le gustaban los barcos. Pero ¿Qué hacía en Baviera donde lo más parecido a un barco que hay es un plátano?
Al ser pelirrojo, el helicóptero de la guardia civil lo avistó sin dificultades descargando fardos de drogainas en Algeciras. Dicen las malas lenguas que se tuvo que quitar de en medio un tiempo para evitar la acción de la justicia. Así acabó en Baviera.
Ya ha quedado claro que Pumuki no era muy amigo de la ley, pero del orden tampoco. Resulta que vio el taller de Eder hecho una leonera1 y le pareció buen sitio para esconderse, con la mala suerte de que se quedó pegado con un bote de cola (que había estado esnifando el maestro).
Siempre que uno de su raza queda atrapado por algo hecho por el hombre, se vuelve visible y entonces es cuando Eder lo ve y se plantea dejar de esnifar pegamento. Luego se le olvida.
- Palabra usada por las madres para definir las desordenadas y apestosas habitaciones de sus hijos adolescentes. [↩]