Pulseras con hilos de plástico
En los años ochenta, las mentes infantiles reblandecidas por el consumo masivo de Fresquitos, Polos Flash y bocadillos de Nocilla, eran extremadamente manipulables.
Sólo así se explica que a todos nos pareciera guay hacer pulseras con hilos de plástico. Todos y cada uno de nosotros, desperdiciamos miles de horas de ocio confeccionando aquellos engendros coloreados, a partir de unos tubitos flexibles llamados Scoubidou (si amigos, yo también me acabo de enterar que se llamaban así).
La técnica era bien sencilla: Se trataba de ir haciendo una trenza a base de nudos, con unos canutillos de plástico cuyos colores en la actualidad nos producirían cataratas y derramamientos de retina. Cuanto menos conjuntados fueran los colores, mejor se consideraba el producto final.
La moda comenzó por apoderarse de las niñas. Miraras donde miraras, había alguna tejiendo una pulserita chillona y cegadora. Poco a poco los chavales también fueron abducidos por la fiebre pulseril y, en poco tiempo, hasta tu abuela estaba haciendo pulseras.
La gente apenas comía ni dormía, dedicaban sus vidas por entero a la confección de esos engendros multicolor. Todo ello provocó reacciones adversas de todo tipo. Desde llagas en los dedos, perdidas de visión, daltonismo o alergias infernales, hasta muertes por deshidratación.
Algunos incluso hicieron de la venta de pulseras su particular negocio del siglo. Siempre hubo personas vagas, que pasaban de perder su tiempo y su salud tejiendo aquellas abominables piezas de bisutería barata, pero que no renunciaban a ir a la moda. Su única opción era adquirir el producto en el mercado negro.
Variantes de macramé
Macramé es una palabra de origen franchute que significa nudo, y que a su vez deriva de la palabra turca makrama. Esta tiene su origen en la palabra persa mikrama con el mismo significado, que a su vez proviene de la palabra maya chalopiteq, que significa «hacer nudos hasta que se te pudran los dedos».
Cuando la gente se dio cuenta de que hacer pulseras con derivados del petroleo podía provocar un calentamiento excesivo del planeta, fueron cambiando paulatinamente de materia prima, y adoptaron el hilo como base de sus creaciones aberrantes.
Por suerte la moda no duró mucho, y actualmente sólo las fabrican los hippies, para venderlas y pagarse sus vicios.
La siguiente evolución fueron las pulseras de macarrones, pero eso ya es otra historia…