Yonkis en los 80
Hola amigos, ya estamos aquí otro año más dispuestos a darlo todo para enseñaros las cosas maravillosas que, unos por no haber nacido todavía y otros por estar enganchados al pegamento, no recordáis de los 80…
En esta nueva temporada vamos a empezar hablando de esos seres rápidos, escurridizos, inteligentes y fibrados que poblaban las calles y los descampados en los 80. Los yonkis.
Yonkis, enganchaos, drogatas, drogadictos, drogaditos (así les llama mi abuela), zombis, yonketas, yonkos, chinos… Miles de variantes para describir a un ser normalmente introvertido, que gustaba de pasar inadvertido, sobre todo para la policía. Un ser, que por suerte o por desgracia, cada vez se ve menos. Tal vez porque su índice de mortalidad es igual que el de las moscas…
¿El yonki nace o se hace?
Un yonki antes que yonki fue humano. Debajo de esa capa de venas, costras y agujeros, aunque no lo creáis, solía haber una persona. Normalmente era una persona normal, salvo que empezó a fumar demasiado joven. Un día le dio una calada a un porro y de ahí a meterse heroína en vena hay un paso. Pero ¿Qué hace que una persona normal empiece a taladrarse las venas sin control?
Habitualmente, antes de ser yonkis ya vivían en un ambiente que incitaba al consumo de drogainas varias. Hermanos mayores drogatas, padres drogatas, ambiente drogata en casa o en el barrio… El caldo de cultivo perfecto para acabar cayendo en la garras del caballo, robando un Renault 11 Turbo y oyendo cintas de los Chichos compulsivamente.