El Pressing Catch
Principio de los 90. Telahinco emitía programas míticos por doquier, justo al contrario que ahora. Sábado por la mañana. Cualquier amante de la buena televisión, tenia una cita ineludible con la cadena amiga. Una cita con el Pressing Catch.
Justo antes del Humor amarillo, nuestras pupilas se deleitaban con un show a base de tipos dopados de color naranja, dándose galletas más falsas que el dinero del Monopoly. Todo para ganar un cinturón más feo que Derticia.
Originario de los Estates, consistía en unos «combates» de «lucha» «libre», donde dos tipos, se daban golpes tan falsos que daban pena. La acción transcurría en un «ring» construido a base de tejido de cama elástica y estaba rodeado de unas cuerdas mágicas que hacían que cualquier luchador que fuera lanzado contra ellas, rebotara y fuera a darse de morros contra el brazo del otro luchador.
El programa desarrolló un lenguaje propio, fruto del desconocimiento del inglés que tenían los comentaristas españoles. Recordemos que por aquel entonces no existían los cursos de inglés con mil palabras del profesor Maulder. Vocablos como «Baile de San Vito», «Piquete de ojos», «Lo agarra de la rabadilla», «Sillita eléctrica» y «Patada voladora» eran de sobra conocidos por los niños de la época.
Otra de las características del Pressing catch era la falta de reglas consistentes. En algunos combates, cuando luchaban de dos en dos, no se permitía entrar a los dos compañeros a la vez dentro del ring. Había que dar el relevo para que el otro luchador entrara al combate. Pero en el siguiente combate, los Sacamantecas le daban una paliza a duo al pardillo de turno y le partían una silla de cartón en la cabeza.
Los luchadores más míticos
Hulk Hogan: El más mítico de todos y el que consiguió el color de piel más anaranjado de la historia. Su mujer usaba demasiada lejía con sus camisetas, por lo que siempre se le rompían.
En 1982 salió en Rocky III, donde hace el papel de Thunderlips, en un combate benéfico contra Rocky. Las demás pelis donde sale son una basura. Ahora está totalmente calvo.
El Último Guerrero: Otro de los míticos. Siempre iba tan pasado de revoluciones que parecía que se había merendado un bocadillo de cocaína antes de cada combate.
Era invencible. Cuando hacía el baile de San Vito, en menos de un minuto se acababa todo. Sólo perdió una vez contra Hulk Hogan porque éste ultimo lo cegó con aceite bronceador.
Ted Dibiase: Más conocido como el hombre del millón de dólares, si hubiera tenido realmente esa pasta hubiera estado en una isla desierta rodeado de modelos, y no en un ring chupando sudor mezclado con aceite de coco.
Siempre aparecía con su guardaespaldas y se dedicaba a extorsionar y chantajear al resto de luchadores. A mi no me gustaba nada.