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2
Nov
2010

Las zapatillas J’hayber

Engendrado por Retroyonki a las 18:20
40 Comentarios

Ya os hablé por aquí hace tiempo del chandal yonki, una prenda esencial de la moda de los 80. Hoy os traigo el complemento ideal para aquella aberración: Las zapatillas J’hayber.

En medio de un panorama desolador lleno de pies calzados con Rebooks, Adidas (Asociacion de inutiles dispuestos a suspender), Lecoqsportif, Nikes, Converses, y demás zapatillas pijas de precio demencial, apareció una empresa de extraño nombre con un producto no demasiado atroz, duradero y sobre todo barato.

La empresa no era otra que J’hayber y su nuevo modelo se llamaba «Olimpo«.

Claves del éxito

Un producto no demasiado repulsivo. A decir verdad, las J’hayber Olimpo tampoco es que fueran demasiado bonitas, pero había cosas peores. Por ejemplo llevar unas Paredes1, Tórtola, Victoria, o peor aún, falsificaciones como Reedook, Adibas o Mike.

Un producto duradero. Todo lo que las Olimpo no tenían de bonitas, lo tenían de duras. Sesiones interminables de fútbol en la plaza, escalada de grúas de construcción, descensos suicidas en Sancheski, persecuciones callejeras, accidentes con Motoretta… Todo eso y mucho más eran capaces de aguantar sin que se rompiera ni una sola de sus costuras. Duraban tanto, que tu madre las tiraba por el hedor a putrefacción que desprendían, no por que estuvieran rotas.

Un producto barato. En comparación con lo que costaban cualquier modelo de zapatillas de marcas pijas, las J’hayber eran un regalo. Por el precio de unas Air Jordan I te comprabas tres Olimpos, para poder estrenar unas nuevas cada trimestre de colegio.

Evidentemente el recorte en el precio incidió muy negativamente en la calidad de su diseño, pero no en la calidad de sus materiales. De ahí que fueran casi indestructibles, pero que parecieran diseñadas por un mono ciego y puesto de opio.

Leer el resto de la entrada »

  1. ¿A quién se le ocurrió la genial idea de ponerle «Paredes» a una marca de calzado deportivo? [↩]
Más noticias sobre: Moda retro, Objetos míticos
Etiquetas: deportivas, jhayber, moda, olimpo, zapatillas

22
Sep
2010

Pulseras con hilos de plástico

Engendrado por Retroyonki a las 21:57
37 Comentarios

En los años ochenta, las mentes infantiles reblandecidas por el consumo masivo de Fresquitos, Polos Flash y bocadillos de Nocilla, eran extremadamente manipulables.

Sólo así se explica que a todos nos pareciera guay hacer pulseras con hilos de plástico. Todos y cada uno de nosotros, desperdiciamos miles de horas de ocio confeccionando aquellos engendros coloreados, a partir de unos tubitos flexibles llamados Scoubidou (si amigos, yo también me acabo de enterar que se llamaban así).

La técnica era bien sencilla: Se trataba de ir haciendo una trenza a base de nudos, con unos canutillos de plástico cuyos colores en la actualidad nos producirían cataratas y derramamientos de retina. Cuanto menos conjuntados fueran los colores, mejor se consideraba el producto final.

La moda comenzó por apoderarse de las niñas. Miraras donde miraras, había alguna tejiendo una pulserita chillona y cegadora. Poco a poco los chavales también fueron abducidos por la fiebre pulseril y, en poco tiempo, hasta tu abuela estaba haciendo pulseras.

La gente apenas comía ni dormía, dedicaban sus vidas por entero a la confección de esos engendros multicolor. Todo ello provocó reacciones adversas de todo tipo. Desde llagas en los dedos, perdidas de visión, daltonismo o alergias infernales, hasta muertes por deshidratación.

Algunos incluso hicieron de la venta de pulseras su particular negocio del siglo. Siempre hubo personas vagas, que pasaban de perder su tiempo y su salud tejiendo aquellas abominables piezas de bisutería barata, pero que no renunciaban a ir a la moda. Su única opción era adquirir el producto en el mercado negro.

Variantes de macramé

Macramé es una palabra de origen franchute que significa nudo, y que a su vez deriva de la palabra turca makrama. Esta tiene su origen en la palabra persa mikrama con el mismo significado, que a su vez proviene de la palabra maya chalopiteq, que significa «hacer nudos hasta que se te pudran los dedos».

Cuando la gente se dio cuenta de que hacer pulseras con derivados del petroleo podía provocar un calentamiento excesivo del planeta, fueron cambiando paulatinamente de materia prima, y adoptaron el hilo como base de sus creaciones aberrantes.

Por suerte la moda no duró mucho, y actualmente sólo las fabrican los hippies, para venderlas y pagarse sus vicios.

La siguiente evolución fueron las pulseras de macarrones, pero eso ya es otra historia…

Fuentes

Pulseras Scoubidou.
Macramé en la wikipedia.

Más noticias sobre: Moda retro
Etiquetas: artesania retro, moda, plastico, pulseras

10
May
2010

El chándal yonki

Engendrado por Retroyonki a las 16:48
99 Comentarios

Comencemos por el principio. El chándal yonki no siempre fue vestimenta habitual de los yonkis, la gente que mantenía la integridad de sus venas también se lo ponía ¿Cómo es esto posible? Muy fácil, en los 80 todo era posible en lo que a vestimenta se refiere.

En los 80, con el florecimiento de las grandes superficies, empezaron a aparecer mierdas textiles de todos los tamaños, formas y sobre todo, colores. En ese difícil ambiente ochentil hubo una prenda que causó furor en la sociedad: El chándal de táctel.

El chándal de táctel era una prenda que, a priori, podría parecer una gran mierda. A priori, a posteriori y lo mires por donde lo mires, era una basura. Pero aún así tenía sus ventajas, que os paso a enumerar.

  • Era una prenda barata. Por eso tu madre te compraba 15 chándales en el Pryca (¿El plural de chándal es chándales, chandals, chándares… ? Ni idea…) y así podías ir toda la puta semana vestido igual, con lo que tus amigos pensaban que eras un asqueroso necesitado homeless que no se cambiaba de ropa.
  • Era una prenda fácil de reparar. En caso de rotura, cosa fácil por la mala calidad del táctel, tu madre lo arreglaba con unos parches guapos de Oliver y Benji, de esos que se pegan con el calor de la plancha… Por lo menos tus amigos pensarían que te habías cambiado de ropa.
  • Era una prenda cómoda. Yo no es que me haya puesto ninguno nunca, pero tengo un amigo que lo tenía y decía que era cómodo.
  • Era un imán para las miradas. Gracias a sus alegres colores, por lo general atraías las miradas… De asco. Eso si, en caso de perderte en la nieve o en el bosque, serías visible desde miles de kilómetros de distancia. También para los depredadores.
  • Era fácil de limpiar. Como era prácticamente de plástico, se podía limpiar como si de un mantel se tratase. Un paño húmedo y como nuevo.

Pero amigos, no nos engañemos. También tenía inconvenientes:

  • Ofrecía poca protección contra el fuego. Como te saltara un chispa, tardaba muy poco en convertirse en carbón. Ardía más rápido que las cortinas de las películas. Esto era un inconveniente en una época en la que los mecheros eran uno de nuestros juguetes preferidos.
  • Se arrugaba fácilmente. Sólo hay que ver la foto que acompaña esta entrada… Y como le arrimaras la plancha, se derretía como el queso.
  • Era difícil de combinar con otras prendas. No creo que haga falta explicar mucho este punto.
  • En caso de tener que huir precipitadamente de algún sitio y ser perseguido, tu serías la presa más fácil de alcanzar y te sería imposible esconderte. Recuerda que el táctel de colores es el único tejido visible desde el espacio.
  • Pero, ¿Cómo se convirtió el chándal de táctel en la armadura de los politoxicómanos? Pues ni idea.

    Puede que sea porque la mayoría de gente que abusó de estos chándales en su infancia, ahora está metido en el mundo de las drogainas, más o menos duras. Otros, los que han permanecido limpios, relatan sus pesadillas nocturnas, que reproducen excursiones del colegio, con niños vestidos de táctel, metidos a presión en un autobús que huele a pota, a pies y a bocadillos de chorizo Revilla.

    Se me ponen los pelos de gallina con sólo recordarlo.

    Actualización: He rebuscado por el álbum de fotos familiar y mirad que monadas he encontrado. Auténticas fotos de los 80, chándales de táctel e imágenes con -300 píxeles de resolución… Si desaparezco y aparezco muerto en una cuneta con evidentes signos de violencia, es que mi madre o mis hermanas han descubierto esto.

    Leer el resto de la entrada »

Más noticias sobre: Moda retro, Objetos míticos
Etiquetas: chandal, moda, ropa retro, tactel, yonkis

23
Dic
2008

Los gusanos de seda

Engendrado por Retroyonki a las 2:18
28 Comentarios

gusanos_de_seda

Una semana eran las canicas, otra el Magia Borrás, otra el paracaidista de plástico… Pero de pronto, en medio de aquella vorágine de modas pasajeras, aparecía alguien con una caja de zapatos con la tapadera agujereada e instauraba una nueva y extraña tendencia: La cría del gusano de seda.

Todo comenzaba cuando algún amigo cabrón te daba una hoja de morera llena de bolitas quitinosas color gris oscuro. Esto normalmente ocurría poco antes de la primavera. Tu pensabas, bah, de aquí no va a nacer nada, seguro que están muertos. Pero un buen día, cuando ya casi te habías olvidado del tema, te da por mirar la caja con la tapa agujerada y ahí están. Millones de gusanitos blancos de unos 3 mm de longitud mirándote con cara de pena y pidiéndote su dosis diaria de alimento…

Aquí es donde te acordabas de los muertos de tu amigo el cabrón por la maldición que te había pasado, y comenzaba tu odisea. Lo primero era localizar una Morera, ya que los gusanos estos son un poquito mamones y sólo comen hojas de ese árbol. Que digo yo que no podían comer hojas de olivo o de lechuga que hay a montones, no, tenían que ser de Morera. ¿Alguien sabe como cojones es una Morera?

Cuando por fin tenías localizado un árbol de estos que no estuviera ya saqueado, había que subirse a coger la hojas o hacer que ellas bajaran. Yo normalmente optaba por lo segundo pero aquí cada uno tenía su técnica. La mía era darle palos hasta que se rindiera y soltara algunas hojas. Luego volvía a casa, las echaba en la caja y los gusanos se las tragaban en una pequeña fracción del tiempo que había tardado yo en conseguirlas.

Así día tras día, hasta que a los 25 días, después de 4 mudas de piel y órganos, los gusanos alcanzaban por fin los 8 cm de longitud y estaban a punto para comenzar a tejer su capullo. Después de comerse 3 millones de veces su peso, haberte echo dar más vueltas que Willy Fog y haber escuchado a tu madre 3000 veces decirte que tiraras la mierda esa de los bichos, llegaba el día D. Los gusanos dejaban de comer (cosa que no era nada normal después de haberse zampado 6 ó 7 árboles en 1 mes), se ponían gordos, de color caramelo y empezaban a soltar un líquido asqueroso por la caja.

Al otro día ya no había gusanos. En su lugar te encontrabas con unas bolas amarillentas, llenas de pelos, pegadas por todo el interior de la caja.

Dentro del capullo ocurrían cosas extrañas e incomprensibles para un niño, pero al cabo de 2 semanas, tenías la caja llena de unos bichos parecidos a mariposas que no podían volar. Algunas incluso se habían hecho muy amigas y juntaban sus culos para demostrarlo (eso era lo que yo pensaba pero resulta que lo que hacían era crear gusanitos nuevos, o sea, fornicar).

A los pocos días la caja se llenaba de bolitas de color amarillento que se iban oscureciendo poco a poco, dando lugar a un nuevo comienzo de la maldición del gusano de seda. Cada bicho ponía entre 400 y 500 huevecillos y después la palmaba. Ese solía ser un día muy triste para mí.

Ya sólo quedaba guardar la caja en algún lugar fresco y seco y esperar a la primavera siguiente para pasar la maldición a algún incauto amiguete.

Y vosotros, ¿Habéis criado alguna vez gusanos de estos? ¿Os han pasado alguna vez la maldición? O es que en mi pueblo somos muy raros.

Más noticias sobre: Seres legendarios
Etiquetas: gusanos de seda, hojas de morera, maldicion, moda

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