Plastidecor: El milagro contra la alopecia
Plastidecor, no se rompe, no te ensucia, se puede borrar… Esta sarta de embustes era lo que decía la canción del anuncio de estos míticos lápices de Conté, presentes en cualquier mochila de colegio de los 80.
¿Que no se rompen? Se rompían con sólo mirarlos. Lo cual a mi entender era una ventaja, porque cada uno de los trozos resultantes, seguía pintando.
¿Que no te ensucia? Hombre eso es verdad… A no ser que cogieras una lija de las que usabas en marquetería, redujeras a polvo un Plastidecor rojo, lo diluyeras en agua, metieras esa agua en un globo de a peseta y se lo lanzaras a alguien…
¿Que se puede borrar? Hombre yo no se los vuestros, pero los míos no se borraban ni dándole con una goma lija. Antes se hacía un agujero en el papel.
El caso es que el mes pasado, un equipo de científicos de la universidad de Wichita, en Kansas (por cierto, los habitantes de Kansas ¿Se llamarán Kansaos?¿Kansinos?), descubrieron un efecto secundario de una sustancia presente en los Plastidecor, asombrando a la comunidad científica internacional.
La sustancia en concreto es la plastidecorina, una proteína estructural, como el colágeno o la queratina, formada por dos átomos de hidrógeno y uno de Fanta naranja.
En el estudio publicado se demuestra cómo una disolución líquida de plastidecorina de 69 mol/L aplicada en el cuero cabelludo de un humano aquejado por alopecia galopante, puede provocar reacciones violentas en el interior de los folículos, dando lugar al crecimiento desorbitado del cabello.
Se ha demostrado que la plastidecorina es efectiva en varios tipos de alopecias no cicatriciales. Por ejemplo en la alopecia androgénica.
Sin embargo, su efectividad baja considerablemente si se aplica en alopecias de tipo cicatriciales. Por ejemplo, pequeñas calvas producidas en humanos de edad temprana, debido al impacto craneal de piedras y otros objetos contundentes de bordes afilados.
En ese tipo de calvas, al haber sido arrancados los folículos por efecto de la violencia del impacto, la plastidecorina no encuentra receptores foliculares donde adherirse, pasando directamente al torrente sanguíneo, donde no tiene ningún efecto, salvo heces coloreadas.
Os dejo unas fotos de la evolución de un tratamiento de seis meses en un humano de 29 años de edad.