El teléfono yogur
El teléfono yogur es uno de los máximos exponentes en lo que a tecnología retro se refiere. Es un sencillo intercomunicador barato, reciclable, fácil de construir usando la más atrasada tecnología y válido para toda la familia.
Los más jóvenes os pegaréis unas risas a mi costa, pero creedme si os digo que hubo una época en la que no había teléfonos móviles. En la que casi no había teléfonos fijos y además, las llamadas locales no eran de gratis. Este intercomunicador era una buena manera de comunicarse a pequeñas distancias, de manera gratuita y además servía para entender algunos aspectos sobre la física del sonido.
Teoría: Fundamentos físicos del teléfono yogur
Advertencia: A continuación rollo científico.
El sonido es vibración. La vibración necesita de algún material para transmitirse. Ya sea aire, agua, o el hilo de un teléfono yogur…
El hilo debe estar tenso, de lo contrario no vibrará y no se transmitirá nada.
Es fácil entender que en el vacío es imposible que haya sonido. Sabiendo esto, cuando veáis una película donde aparece una nave surcando el espacio, con ese característico sonido que las acompaña, sabed que es imposible y reíos del director con todas vuestras ganas.
Fin del rollo científico.
Práctica: Construcción de nuestro propio teléfono yogur
Materiales necesarios:
- Dos envases de yogur, preferiblemente vacíos. Si están llenos, te sirven de merienda. Yo los conseguí rebuscando en la basura de mi casa. Da igual si los yogures no son iguales, son totalmente compatibles entre si, no habrá conflictos. De hecho, uno de los yogures que yo he usado es griego, pero cuando he probado el teléfono, se oía en castellano.
- Una cuerda. Yo he usado una demasiado corta. Si queréis que el aparato tenga algo de sentido, usad una más larga.
- Unas tijeras para hacer los agujeros y una cama deshecha que te sirva como mesa de trabajo.