El Afilador (Afilaor)
Antes de empezar, os aclaro que esta entrada debería haberse escrito el día 2 de enero de este año. Un día después de que viera con mis propios ojos a un afilador de verdad (a partir de ahora afilaor). Más vale tarde que nunca.
Volvía yo a mi casa, después de haber estado toda la noche en una fiesta de nochevieja, con más mala cara que los pollos del Pryca. De pronto, enfilo la calle que lleva a mi portal y una musiquilla demoníaca llega a mis oídos. Si amigos, era el inconfundible sonido de la flauta de pan del auténtico afilaor. Oid, oid…
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Si habéis reproducido el sonido ya es demasiado tarde, esa melodía habrá penetrado en vuestro cerebelo haciendo que sólo podáis pensar en una cosa: Buscar cuchillos que corten menos que un plátano, para llevárselos al dios de la piedra de esmerilar.
Había dos tipos de afilaores. Los que iban en moto cutre y los que iban en bici cutre. Hay otro tipo de afilaores que van en coche y no tocan la flauta de pan, sino que llevan una grabación puesta por unos altavoces. Estos son la vergüenza de la profesión y por aquí no nos gustan. Ver vídeo demostrativo.
Para el caso es lo mismo porque tanto unos como otros tenían el mismo modus operandi.
Llegaban al barrio y empezaban a producir su melodía infernal. A las pocas notas, los perros que hubiera en 10 Km a la redonda se volvían locos y había que sacrificarlos. Todos tocaban la misma coplilla, probablemente aprendida en la escuela de afilaores, transmitida de maestros a aprendices a lo largo de la historia, desde que el hombre es hombre. Al poco rato se oía una voz de ultratumba que decía «EL AFILAOOOOOOOOORRRRR, SEÑORA, HA LLEGAO EL AFILAOOOOOORRRR…» y así infinitas veces hasta que conseguía anular tu voluntad.
A los pocos minutos empezaban a aparecer las primeras víctimas. Un ejército de personas zombis, con bolsas del Mercadona llenas de cuchillos y tijeras roídas, comenzaban a caer en sus garras. En ese momento la melodía cesaba, dejando paso al escalofriante sonido del metal frotado contra la piedra.
Actualmente la profesión de afilaor está en claro declive debido a factores varios, como la aparición de los Ginsu (o quizás sea por la mierda de sociedad consumista en la que vivimos).
Os dejo un vídeo de un momento histórico y puede que irrepetible en la historia de nuestro país. Llega el afilaor al barrio y eso que tiene entre las piernas qué es ¿Una imitación de motoreta GAC?