El boli de 10 colores
¿Recordáis ese artefacto de escritura con forma de torpedo gordo y multitud de colores para elegir? Era el mítico bolígrafo de 10 colores.
Hasta el momento de su aparición, los más brillantes científicos habían sido capaces de combinar un máximo de 4 colores en un sólo bolígrafo. Un día, seguramente por casualidad como todos los grandes descubrimientos, un investigador anónimo encontró la manera de meter 10 tintas diferentes dentro de la misma carcasa, basándose en la disposición de las balas del cargador de un Magnum del 45.
El resultado fue un instrumento que levantaba las envidias de los compañeros de clase y que acabó con esa monotonía del azul sobre blanco en las redacciones, dictados u otros trabajos escolares.
Sus 10 colores eran el rojo, azul oscuro, azul celeste, verde oscuro, verde claro, naranja, marrón, rosa, violeta y negro. Algunos modelos más evolucionados contaban incluso con un perfume para cada olor. Por ejemplo el verde olía a algo parecido al limón, el rosa olía a colonia, el naranja olía a naranjas, el violeta olía a flores… El resto de colores no recuerdo cómo olían, pero siguiendo esa progresión, el rojo debía oler a fresas, el azul a Pitufo, el negro a moras y el marrón a heces.
Cuenta la leyenda que el bolígrafo de 10 colores evolucionó como un Pokemon hasta convertirse en un súper bolígrafo de 24 colores. Si ya era difícil sujetar y escribir correctamente con el de 10, no me quiero imaginar cuantas manos harían falta para usar el de 24. En cualquier caso no he encontrado nada de información sobre este nuevo espécimen, así que si tienes uno o alguna vez lo viste, haz el favor de contarnos cómo fue la experiencia. Leer el resto de la entrada para ver más imágenes.